Ella me había dicho tantas cosas sobre Lobo Antunes, que en algún momento pensé que se trataba sólo de la exageración propia de los fanáticos. Sabía que había nacido en Lisboa en 1942 y vivido en Angola, en una época en que nadie quería estar allí. Sabía que su primera elección aparente no había sido ser escritor y que durante años trabajo como psiquiatra. Pero nada de eso explicaba porque su prosa para algunos, resultaba digna de un culto especial. Recuerdo que pasabamos tardes discutiendo los méritos de Saramago, al que Ella siempre oponía el nombre de Lobo Antunes una y otra vez, citando frases que nunca supe si eran de verdad o sólo se las inventaba.
Los años han pasado, pero el nombre siempre me quedó en el recuerdo, dando vueltas una y otra vez, hasta que decidí leerlo. He iniciado el viaje de descubrimiento con "el orden natural de las cosas". Quedé sorprendido por la capacidad de inventiva de Lobo Antunes, por los detalles que no sabía podían ser dibujados con palabras, por su obsesión por la voz monologante, desgarrada por el deseo, por la búsqueda del pasado, por como la vida hilvana historias anónimas, para hacerlas tan comúnes a cualquiera de nosotros, por los cientos de sentidos que pueden existir detrás de una espera, por la sensibilidad puesta al servicio de los recuerdos, recuerdos de otros, falsos recuerdos, poesía de lo que el narrador pretende rescatar del olvido.
"...En cuanto te duermes y una blancura de olmos con pájaros atraviesa nuestra habitación, hablo sin que te burles de mí, converso, cerniéndome sobre ti, con tus palmas inertes y tus muslos indefensos, y la casa donde viví antes de conocer a la familia de mi madre surge de la noche, nacida en una imperfección del espejo o del cajón de la cómoda en el que nuestra ropa se entremezcla con nidos de polillas y asas de cobre, desde que hace meses me ordenaste Ven y yo me presenté, con el paraguas y dos maletas raídas (...) para explicar que sí, que tenía treinta y un años más que tú pero el empleo del Estado, Señor Oliveira, no está mal del todo, y claro que pagaría la luz, el alquiler y la cuenta del agua..."
"Cómo me gustaría que me tocases y me dejarás tocarte, tal vez me acerques el vellón de pelo de tu vientre, y las rodillas se abran despacio sobre una húmeda, lisa, tierna blandura de gruta que aprisiona mi deseo con una firmeza de nácar..."
(Los extractos pertenecen a la novela "El orden natural de las cosas", 2004, Barcelona, De Bolsillo, pp. 16 -17.)
Aquí incluimos una recopilación de declaraciones y reseñas efectuadas por y sobre António Lobo Antunes, que nos permitirán un primer acercamiento al escritor desde diferentes puntos de vista: