Clogers

“…cada vez que recuerdo algo, no lo estoy recordando realmente,
sino que estoy recordando la última vez que lo recordé,
estoy recordando un último recuerdo…”

Enrique Vila – Matas, París no se acaba nunca

Quizás el libro más famoso que se ha escrito sobre París, sea esa tan irónica como falsa autobiografía, titulada en castellano “París era una Fiesta”, en la que Hemingway concentró sus últimas fuerzas, antes de decidir que ya no podía escribir más, para luego descerrajarse un tiro.

Y durante mucho tiempo, pareció que sobre los escritores en edad de aprendizaje que viajan a una gran ciudad con la esperanza de encontrar su voz, y en el camino encontrase a sí mismos, todo estaba dicho. Sin embargo París no se acaba nunca (Barcelona, Anagrama, quinta edición, 2004) parece haber sido escrita para demostrar lo contrario.

Es un cuestionamiento de la ficción a través de la ficción misma, Enrique Vila–Matas se ha embarcado en un viaje para desenmascarar la realidad proyectada por la mítica estancia de Hemingway en París; y para ello se vale de su propio viaje, de sus recuerdos rescatados del laberinto de la mermoria, que a su vez se transmutan en los recuerdos del narrador, quien recuerda “…a diferencia de Hemingway que fue allí <<muy pobre y muy feliz>>, yo fui muy pobre y muy infeliz…”

La novela de Enrique Vila–Matas, esta planteada como el relato autobiográfico del narrador, un obsesivo admirador de Hemingway, que ante la necesidad de dictar una conferencia, permite al lector, acceder a la organización de sus recuerdos, a su balance de su prehistoria como escritor; y es así que asistimos a un descarnado homenaje a los sueños, a la literatura; en especial a un cierto romanticismo que durante años caracterizó a un tipo de escritor (hoy ya en extinción) aquel para el cual la literatura era la única forma de vida aceptable, y el escribir su cruzada personal, una batalla, a la que de antemano se marchaba, con la certeza de no encontrarse sino con la derrota.

Valiéndose del mismo mecanismo usado por Hemingway para contarnos su visión de París, en la novela de Vila – Matas, el narrador apela a la biografía autor real, a su autoexilio en Paris en tiempos del franquismo, a la difícil relación con sus padres, a su lucha por encontrar la manera de escribir su primera novela “La asesina ilustrada”; ese trasvase entre la biografía del autor y del narrador, es uno de los mecanismos que justifican además una de las preguntas fundamentales del credo narrativo de Vila – Matas, y en especial de este libro: “…¿Es que existe realmente lo real? ¿De verdad se puede ver algo de verdad?...”.

Las doscientas treinta y tres páginas de esta maravillosa novela, escrita con una pasión innegable, con un lenguaje prolijo, con una intensidad que no decae, es una búsqueda para hallar el camino a un tiempo que a pesar de lo agridulce de las evocaciones, se sabe fundamental; el emprendimiento definitivo por llegar a una ciudad mitológica, que sólo existe en el recuerdo, es decir en la traición de lo mutable, de lo que ha dejado de ser un minuto antes, una ciudad que ya no pertenece sólo a quienes la habitan, sino a quienes la habitaron, que esta emplazada en los corazones de quienes rieron y sufrieron, en la mente de quienes la vieron alguna vez, en cada una de las palabras de Vila – Matas, y que mirado así, no esta en ninguna parte.

Post Data:

Discurso de aceptación del premio Rómulo gallegos

Extracto de París no se acaba nunca

Vila-Matas (Por Santiago Gamboa)

Vila-Matas no se acaba nunca (Por: LEANDRO PÉREZ MIGUEL)

Entrevistas:

"Los escritores acaban solos y acaban mal" (entrevista por Sergi Pamiés)

Enrique Vila – matas en encuentros digitales

"La literatura protege de las heridas" (entrevista en el diario la nación)

Alejandro Gándara: Descubriendo a Enrique Vila-Matas (entrevista)

"La literatura es un oficio peligroso" (Por Flavia Costa)

Recuento de parte de la obra narrativa:

La asesina ilustrada (1977).

Impostura (1984).

Historia abreviada de la literatura portátil (1985).

Una casa para siempre (1988).

Suicidios ejemplares (1991).

Hijos sin hijos (1993).

Recuerdos inventados (1994).

Lejos de Veracruz (1995).

Extraña forma de vida (1997).

El viaje vertical (2000).

Bartleby y compañía (2001).

El mal de Montano (2002).

París no se acaba nunca (2003).

Premios obtenidos por EVM:

2001: Premio Ciudad de Barcelona.

2001: Premio Rómulo Gallegos.

2002: Prix du Meilleur Livre Etranger.

2002: Prix Fernando Aguirre-Libralire.

2003: Premio Herralde.

2003: Premio Nacional de la Crítica.

2003: Prix Medicis-Etranger.