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Michael Cunningham: la tragedia como búsqueda de libertad



Michael Cunningham parece escribir convencido que las tragedias no son sólo sucesos inconexos, productos terminales de los fortuito, sino que responden a la acumulación de silencios, de las cosas jamás confesadas, de la suma de otras tragedias que se multiplican exponencialmente en el tiempo, y cruzan raudas por muchas vidas, afecándolas de manera distinta, y transformando la percepción que unos tenemos de otros.

Las tragedias que nos cuenta Cunningham no tienen nada de estruendoso, están despojadas de espectacularidad, de lo súbito; son por el contrario cosas que tienen que suceder, que intuimos sin poder evitarlas.


Por eso su narración progresa acumulando gestos, síntomas, alusiones. Por eso sus personajes no sufren un vuelco repentino en sus vidas; sino que viven lenta y esforzadamente cada una de sus tragedias personales, vinculadas muchas veces al plano más profundo de su propia existencia, como si fueran merecimientos, como si en la vida nuestra única opción fuera escapar.

Quizás esa es la belleza que hace de LAS HORAS una novela imprescindible, todos los personajes buscan que escapar de sus tragedias, y esa huida no es sino una tragedia adicional para sus seres queridos. Por eso la señora Woolf piensa de sí misma que es un fracaso "no es realmente una escritora; no es más que una excentrica con talento..." se siente atrapada, asfixiándose a cada instante, y por eso busca la redención lejos de su cotidiano martirio sumergiéndose en las aguas de un rio en el que busca purificación y descanso.


La tragedia esta revelada desde la primera línea, La señora Woolf esta ya a merced de la urgencia, todo su mundo se retuerce a una velocidad insoportable, le libro se inicia sin decirnos más nada sobre ella que no fuere su actitud frente a lo inevitable: "Sale a toda prisa de la casa con su abrigo demasiado grueso para el clima. Es 1941. Ha empezado otra guerra. Dejó una nota para Leonard y otra para Vanessa. Camina hacía el rio resueltamente, segura de lo que va a hacer, y sin embargo incluso ahora casí la distraen las colinas, la iglesia y un reguero de ovejas, incandecentes, teñidas con una leve insinuación de azufre, que pastan bajo el cielo que se oscurece...". Y claro en cada una de las subtramas además de las tragedias personales, se nos revela que hay otras tragedias colectivas, como es el caso de la muerte de la señora Woolf y los primeros tiempos de la segunda guerra mundial.

Michel Cunningham
pudo haber intentado una biografía ficcional de la vida de Virginia Woolf, pero emprende un ejercicio más arriesgado ficcionar el proceso creativo de uno de los personajes más representativos de la narrativa de Woolf: La señora Dalloway. La imposibilidad creativa y sus problemas de adaptación al mundo que la encadenaba, hacen que el personaje sea una proyección de lo que no es la autora, finalmente Virginia ejecuta su propa huida.


El personaje de la Señora Dalloway, inspira a una ama de casa temerosa y frustrada que encuentra en la ficción el único lugar en el que es realmente libre. La señora Brown, en una época distinta, embarazada de su segundo hijo, multiplica algunas de las preguntas que se hacía Virginia; se cuestiona por sus decisiones, por su infelicidad, por sentirse atada "¿Porqué se casó con él? Se casó con él por amor. Se casó con él porque se sentía culpable; porque tenía miedo de estar sola; por patriotismo. Simplemente era demasiado bueno, demasiado gentil, demasiado intenso, olía demasiado bien para no casarse con él. Había sufrido demasiado. La quería a ella..." y también decide huir, lejos de su hogar aunque entre las víctimas este su amado hijo Richie.

La tercera historia de la novela es la de Clarissa Vaughan una editora que cuida de un enfermo terminal de sida que la llama cariñosamente
La señora Dalloway. El es poseedor de una sensibilidad especial, y ese signo de la desgracia lo ha marcado toda su vida. Y aunque sólo se nos cuenten sus últimas horas, las de la fiesta de homenaje que Clarissa planea para él, poco a poco comprenderemos que es también una víctima de la ficción. Richard de varias formas ve en Clarissa a la madre que lo abandonó.


Las horas fue escrita en 1998 y premiada al año siguiente con el Premio Pulitzer y el Pen Faulkner y al año siguiente con el Grizane Cavour; aunque la resonancia del libro se multiplicó cuando se hizó una versión filmíca que permitió que Nicole Kidman ganara el Oscar a mejor actriz.

Pero Las Horas no solamente es una bella recreación del efecto de las tragedias,no es simplemente un brillante homenaje a la obra de Virgina Woolf; es también y creo que por sobre todo un alegato de libertad, el reclamo al derecho de ser distinto, de sentir distinto, de hacer lo necesario por encontrarse a uno mismo; aunque eso entrañe extremos sacrificios, es un homenaje al poder de las palabras en los mundos de ficción, en como el esfuerzo de un escritor puede inspirar las acciones de otros, la literatura no cambiará el mundo, pero de seguro rescatará algunos sueños, algunas búsquedas en un mundo agreste pero ineludible.

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