Si hay algo que ha distinguido a James Ellroy a través de los años, ha sido su feroz e implacable búsqueda de reconocimiento. Poco le ha importado ser considerado el mejor novelista norteamericano del género policiaco, sino que en la última década ha iniciado su batalla final, ser considerado el mejor novelista norteamericano de ésta generación, a secas.
Esa búsqueda le ha generado enfrentamientos constantes con la prensa y con sus críticos, a quienes acusa de restarle méritos. Durante años, sus deslumbrantes operas de violencia, han encandilado a miles de lectores, siendo incluso que en su primera época su obra fuera mejor apreciada fuera de su país.
De ese primer momento surgieron algunas novelas brillantes por su exploración de la violencia y del género humano, o por la nueva perspectiva que le dio a un género de desarrollos muchas veces previsibles; y a quien Ellroy dotó de una nueva forma de decir las cosas, de una trepidante sucesión de hechos, y una muy ajustada disposición de sus estructuras, que le imprimían inusitada velocidad a su forma de relatar sus laberínticas reconstrucciones del crimen, y que como en la “Dalia negra” (de la cuál se estrenará una versión cinematográfica dirigida por Brian de Palma) nunca tenían un final con una respuesta unívoca.
Ese esfuerzo nos ligó novelas como “el gran desierto”, o “a causa de la noche”, siendo su punto más alto, que duda cabe, “Los Ángeles Confidencial” que tuvo una precisa versión cinematográfica dirigida por Curtis Hanson, y que en su oportunidad llegó a estar nominada al oscar por mejor película (y que significó para Kim Basinger un oscar a mejor actriz de reparto).
Después de aquella época no era mucho lo que podía esperarse de un escritor de género a quien ya se le considerada consagrado en sus fronteras; sin embargo la aparición de América (1995) significó por primera vez en muchos años, un reconocimiento casi unánime hacía el esfuerzo creador. Esta vez enfrentaba la propia historia de Norteamérica en uno de sus pasajes más oscuros, la muerte de Kennedy, pero visto a partir de una interminable red de conspiraciones.
Ellroy anunció una trilogía, que en su opinión, lo reivindicaría como el más grande. En el 2001 apareció “Seis de los Grandes”, la segunda parte de la saga, y aunque esta era incluso de mayor complejidad y mejor balance en la utilización de recursos que la primera, su acogida no fue como se esperaba.
Hace cinco años ya se espera, el capítulo final, el tercer libro que dotará de un nuevo sentido a los dos anteriores; Ellroy ha dicho bastante sobre el proyecto, sobre lo que espera lograr; pero aún no se tiene claro si la novela en realidad ya esta escrita, como afirman algunos, o sí esta en proceso de revisión como deslizan otros. Cómo fuere en estos años se han publicado una serie de libros menores para llenar el vació de tantos años sin presencia en las librerías, y se han recopilado desde entrevistas, hasta viejos artículos publicados en revistas como GQ.
Como producto de esta necesidad del mercado llega, “Destino: La morgue” (Barcelona, 2004, Ediciones B) una recopilación de artículos, que no aportan nada a la carrera del escritor, y que nadie extrañaría si nunca hubieran sido reeditados como libro. No sé si solo se trata de problemas de traducción o del contexto en que fueron escritos, pero en realidad como libro no funcionan en absoluto, la única conexión entre ellos, es haber sido escritos por la misma persona. Y en realidad son un montos de perfiles sobrantes, de relatos que no encajaron en ninguna otra parte, algunos fueron escritos por encargo sospecho y en otros, en otros no hay más que el barniz de la velocidad, del dislocamiento de las frases típico en Ellroy, pero nada relevante para ser contado.
Quienes conocen la obra de Ellroy, encontrarán que nada de lo que se dice en Destino parece nuevo, y en realidad no lo es. Algunos de estos trabajos han sido parte o en su momento apuntes hacia trabajos mayores y sólo eso. ¿Existe algo que justifique comprar este libro? Sospecho que sí, “mi vida de golfo” y “mis morbos más raros” nos remiten, serían una magnífica introducción, una señal de advertencia, a “mis rincones oscuros” la autobiografía en la que Ellroy, revela sus fobias, sus odios, y su vocación de sobreviviente, en una época en la que nada podría haber revelado que llegaría a ser el escritor que es.
Posted by No future
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