Hacia tiempo que quería volver a repetir el taller de las técnicas Isha. Siempre que hay uno en Concepción colaboro junto con mis amigos a inscribir a los asistentes, preparar el coffe break y finalmente participo al final. Es mi elección, me gusta hacerlo pero esta vez decidí que lo haría como cualquier persona que asiste por primera vez.
La elección fue acertada. Podría decirles que la energía que había en el salón en Casa Betania el fin de semana pasado era increíblemente grande. Taraka Isha, la guapa maestra venezolana que vino a dictar esta vez el taller, entrego todo su amor y alegría al enseñar. Su entusiasmo tocaba a todos los que estábamos ahí y podría afirmarles que era un espacio mágico.
Pero hubo un momento muy emotivo que deseo compartir con ustedes. Cuando Taraka estaba hablando de lo que significa la iluminación era tanta su alegría y felicidad que en un momento dejo de hablar. Tomo el micrófono con sus dos manos, cerro sus ojos, bajo la cabeza y una bella sonrisa marco su rostro. Estaba emocionada, estaba sintiendo esa alegría de estar conectada con todo lo que es y que somos todos. Desde el fondo de la sala la miraba y una lágrima escapo de uno de mis ojos. Es que lo que ella estaba diciendo tiene tanto sentido para mi. No fui el único. Fuimos varios que sentimos lo mismo...es que la unidad es real, tangible, llena de amor. .
Quizás todo lo que les cuento pueda sonar fantástico, como una novela de ficción pero es real, tan real como tomar un vaso con agua. Tan real como caminar por un parque...sí, es real y no he experimentado nada igual en mi vida a lo que vivo cuando cierro mis ojos me coloco en una posición cómoda y comienzo a unificarme con las simples técnicas Isha.
Experimento completa paz. Siento una gran tranquilidad y para ser honesto desearía quedarme ahí para siempre. Pero lo que más valoro de estás maravillosas técnicas son como me permiten vivir cada día de mejor forma. El poder enfocarme conscientemente en las cosas que deseo lograr, el vivir en el momento presente, esto que muchas veces leí en los avisos de la revista Uno Mismo de vivir en el aquí y ahora, con las técnicas lo he podido vivir. No les voy a mentir. Como en todas las cosas de la vida necesitamos ser constantes y esto no es la excepción. La diferencia está en que con estás técnicas para mí ha sido muy fácil..
Termino el primer día y todos se fueron felices. Estoy seguro que iban ansiosos de poder seguir experimentando en sus casa y contarle a sus amigos y familias lo que les estaba sucediendo, porque con estás técnicas al menos en mi caso, la primera vez que cerré lo ojos y comencé a practicar, sentí como el cambio comenzaba a ocurrir.
Siempre digo, estás técnicas son el mejor regalo que he recibido. No llegaron porque sí, aparecieron porque en un momento las pedí al universo y como este es puro amor me las regalo...”bueno, ya es hora entonces. Tanto has buscado que te envío este regalo. Con ellas podrás conectarte más rápido conmigo pero recuerda que yo soy tu y tu eres yo...somos uno para siempre”
La elección fue acertada. Podría decirles que la energía que había en el salón en Casa Betania el fin de semana pasado era increíblemente grande. Taraka Isha, la guapa maestra venezolana que vino a dictar esta vez el taller, entrego todo su amor y alegría al enseñar. Su entusiasmo tocaba a todos los que estábamos ahí y podría afirmarles que era un espacio mágico.
Pero hubo un momento muy emotivo que deseo compartir con ustedes. Cuando Taraka estaba hablando de lo que significa la iluminación era tanta su alegría y felicidad que en un momento dejo de hablar. Tomo el micrófono con sus dos manos, cerro sus ojos, bajo la cabeza y una bella sonrisa marco su rostro. Estaba emocionada, estaba sintiendo esa alegría de estar conectada con todo lo que es y que somos todos. Desde el fondo de la sala la miraba y una lágrima escapo de uno de mis ojos. Es que lo que ella estaba diciendo tiene tanto sentido para mi. No fui el único. Fuimos varios que sentimos lo mismo...es que la unidad es real, tangible, llena de amor. .
Quizás todo lo que les cuento pueda sonar fantástico, como una novela de ficción pero es real, tan real como tomar un vaso con agua. Tan real como caminar por un parque...sí, es real y no he experimentado nada igual en mi vida a lo que vivo cuando cierro mis ojos me coloco en una posición cómoda y comienzo a unificarme con las simples técnicas Isha.
Experimento completa paz. Siento una gran tranquilidad y para ser honesto desearía quedarme ahí para siempre. Pero lo que más valoro de estás maravillosas técnicas son como me permiten vivir cada día de mejor forma. El poder enfocarme conscientemente en las cosas que deseo lograr, el vivir en el momento presente, esto que muchas veces leí en los avisos de la revista Uno Mismo de vivir en el aquí y ahora, con las técnicas lo he podido vivir. No les voy a mentir. Como en todas las cosas de la vida necesitamos ser constantes y esto no es la excepción. La diferencia está en que con estás técnicas para mí ha sido muy fácil..
Termino el primer día y todos se fueron felices. Estoy seguro que iban ansiosos de poder seguir experimentando en sus casa y contarle a sus amigos y familias lo que les estaba sucediendo, porque con estás técnicas al menos en mi caso, la primera vez que cerré lo ojos y comencé a practicar, sentí como el cambio comenzaba a ocurrir.
Siempre digo, estás técnicas son el mejor regalo que he recibido. No llegaron porque sí, aparecieron porque en un momento las pedí al universo y como este es puro amor me las regalo...”bueno, ya es hora entonces. Tanto has buscado que te envío este regalo. Con ellas podrás conectarte más rápido conmigo pero recuerda que yo soy tu y tu eres yo...somos uno para siempre”
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